La nueva esclavitud
En Julio de 2019, Raúl García Agudo, responsable de la sectorial de servicios de Comisiones Obreras en Valladolid en aquel momento, irrumpía en las redes sociales y los medios de comunicación con su infiltración en el proceso de selección de Glovo. Compartió por redes sociales los abusos y la precariedad laboral de los nuevos trabajos de la economía de plataformas. Las noticias que se hicieron eco de la actuación sindical de Raúl y de su denuncia de las condiciones de esclavitud de los riders de Glovo se refirieron a él como “El sindicalista infiltrado”. Pese a que la ley prohíbe este maltrato laboral, los riders siguen sometidos a condiciones fraudulentas como falsos autónomos, y Glovo sigue sin reconocer la relación laboral que mantiene con ellos. De esta forma, la empresa se salta la legislación más reciente que obliga a contratar a los repartidores y reconocer que son trabajadores asalariados.
Luchando contra la precariedad
Muchas de las personas que trabajan para empresas como Glovo son trabajadores precarios, en riesgo real de exclusión social, jóvenes y migrantes. La labor de Raúl García Agudo como sindicalista y la de todo su equipo ha sido y sigue siendo luchar en contra de la precariedad laboral que se ha instalado como normal en la vida de los españoles. Este ensayo nos muestra las condiciones extenuantes e indignas de trabajo, y lo que ocurre en este tipo de empresas para que la próxima vez que abramos la puerta a uno de estos riders sepamos perfectamente a la explotación a la que está sometido diariamente.